TE TENGO FICHAO.

Te conozco desde hace tiempo, cambias de cara, de tamaño y hasta de sexo, pero eres el mismo.

Te he visto, cronómetro en mano, dar consejos "técnicos" a tu hijo nadador, como si tu tuvieras la mínima idea de lo que el necesita.

Te he visto en la barra de cualquiér bar describiendo con falsa minuciosodad tus grandes "hazañas" en noseque via de escalada, en clásico claro, que tu eres muy purista y además pasas de escalar donde alguien te pueda ver.

Te he visto aburrir al personal hablando de desarrollos, vielas, y ciclismo "de verdad".

Te he visto fantaseando sobre lo que tardas en subir el Mulhacén, o en hacer la integral de Sierra Nevada.

Eres así y no lo puedes evitar.

Me acuerdo la primera vez que te ví, estaba yo arrastrandome hasta la orilla en una de mis primeras travesías a nado, y cuan "bobo" eres, me dijistes, "no te da vegüenza, que tu hijo llegó hace más de un cuarto de hora"...yo sonreí mientras intentaba respirar.

 Tiempo después nos volvimos a encontrar. Estabamos disfrutando de una magnífica jornada de escalada hasta que aparecistes tú, y con tu gran "sabiduria montañera", dejastes caer, "no te da vergüenza que el chaval escala mejor que tú"... yo sonreí  mientras trataba de guardar el equilibrio.

Como si fuera un  Déjá Vu volvistes a aparecer. Ibamos pedaleando camino del Llano de la Perdiz cuando con esa pinta de "zampabollos" que tienes, me gritastes, "no te da vergüenza que el niño te lleva con el gancho"...yo sonreí mientras apretaba los dientes.

Como no podía ser de otro modo, el otro dia volvimos a coincidir, estabamos correteando en Sierra Nevada, subiendo a tope al Mulhacén, cuando pude oir esa voz "cazallera" diciendome, "no te da vergüenza si el niño hace ya que está en la cumbre"...yo sonreí mientras te intentaba borrar de mi mente.

Te he de reconocer que has llegado a mosquearme e incluso me has puesto de mala leche, pero se me va pasando y aunque no debería, te voy a dar unas cuantas explicaciones:

• Mira tronco, nunca sentiré vergüenza por el hecho de que otro deportista esté por encima mia. El deporte es así, quizás tu no lo entiendas,  pero al deportista de verdad, cuando lo entrega todo, no le queda espacio para la frustración. Hablando de frustración , me parece que a ti te sobra mucha, y eso, no es bueno.
• La montaña nos enseña valores de superación y solidaridad que a buen seguro mi hijo ha ido asimilando a lo largo de estos años, y te puedo decir a ciencia cierta, que a la larga le harán ser mejor persona. Ojalá cuando tu vuelvas a ir al monte, en vez de ir haciendote el "graciosillo", te pares y reflexiones sobre lo que es realmente importante.

• Seguramente los que disfrutamos y sufrimos con la práctica deportiva seamos, y parafraseo a mi admirado Iván Vivo en su Nómada Ocasional, aquellos a los que tu odias. Pues lo siento colega, no voy a dejar de disfrutar de aquello que amo, con los que amo, no voy a dejar de gozar para que tu seas feliz y puedas decir "yo ya sabía que era hora de que recogieras los trastos y te retiraras". No señor, seguiremos dando guerra mientras en cuerpo aguante, así es la vida, o mejor dicho así es la pura vida.

De despedida solo decirte que si todo lo que te he dicho no sirve de nada y vuelvo a oir tu voz, tu tranquilo, sencillamente  volveré a sonreir por sentirme un privilegiado.

La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!.
                                                                          Hunter S. Thompson.